Hay ocasiones en las cuales en silencio me detengo a mirarte, mientras avanzas unos metros adelante con un paso titubeante y precavido; recuerdo lo que me ha hecho llegar hasta aquí, y también lo que me ha detenido, muchos días, nombres, recuerdos, demasiado de todo ello diría; aún hoy en día me pregunto ocasionalmente, si será ésta la noche en la que me pintes un beso en el espejo del baño y con tus dedos me escribas una nota corta sin puntos suspensivos, no lo sé, prefiero muchas veces no tener la certeza de nada, ni siquiera de mi propia muerte, pues es tanta su soberbia y desidia, que podría venir a besarme la frente y a cerrarme los ojos en cualquiera de estas tibias noches, ni tampoco estoy cierto del presente, que de vez en cuando se empaña con algún vejo de nostalgia escondido dentro tuyo en alguna parte
Hay ocasiones en las cuales mi cabeza se monta una entretenida función de marionetas y otras en las cuales no precisa saber más nada que lo que habrá por suceder en las horas siguientes, he dejado de soñar con aquella frecuencia y facilidad con la que solía relatar acontecimientos de una historia hasta ahora prófuga en la clandestinidad y el anonimato; me he venido olvidando poco a poco de sus nombres, de sus ropas, de los matices de sus voces; me ronda la fatalidad de vez en cuando, me sorprende la sospecha de pensar que me convertí en un personaje más en una historia ajena a la mía
Hay ocasiones en las que preferiría una mala memoria y mejores horas de sueño, saber cómo poder evitar esperar más de lo que ya está dispuesto, no tener que vivir antes de tiempo de los buenos recuerdos, olvidar en el preciso momento que sea necesario, no heredar las nostalgias de aquellos quienes decidan acompañar mi camino
Hay ocasiones en las que me vuelvo impaciente y me quedo dormido en la espera del ahora ó el después, otras más últimamente en las que la furia se hace presente, afilando las lenguas de donde habrán de emerger serpientes prestas a morder donde puede que hagan mas daño, escupiendo veneno disfrazado de palabras que se incrustan en ambos lados, que nos hieren de muerte sin bien matarnos
Hay ocasiones en las cuales no sé que hago aquí, dentro de todo esto, que ciertamente no es mío pero que lo experimento por voluntad propia, hay días que prefiero la estima al cariño, el querer al amar, el resistir al continuar, el prevalecer al pertenecer; no sé si soy cómplice o acompañante,protagonista o participante; hay algo detrás de tus ojos, agazapado debajo de tu lengua, escondido donde no podré ver, más allá de lo que quieras mostrarme. . .
Hybris
jueves, 7 de octubre de 2010
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