Se ha mudado un escarabajo a vivir debajo de mi lengua, dibuja por las noches con sus patas cada una de las letras de tu nombre
Esto de extrañarte me ha venido destiñendo de a poco las pestañas, Me ha matado de hambre al sueño dejándolo en los huesos, tan flaco está que ya alucina escarabajos escribanos con tufos de poeta y literato
Pero cómo y cuándo decirlo, en qué momento?
Ayer, hoy, mañana, en veinticinco años después de todo esto?; Las cuentas no habrán de cuadrar, cuando al querer sumar se termine
dividiendo
Guardo con mi vida aquel abrigo que tardamos risa y llanto en tejerlo con
los dedos, entre aquí y allá se ha estirado tanto, desgastado tanto que ya son solo un par de hebras lo que lo entrelazan, atándose
entre sí con todo lo que tienen, con todo lo que son, por si hace frío ó por si acaso llueve
como lo hizo hoy
Pero entonces, cómo y cuándo decirlo?, De qué manera, en qué momento?, Con las manos, con sonidos, con las letras?...
Veinticinco años me parecen demasiados,
llevo cuatro y a punto de uno en blanco sin saber a ciencia cierta si es que lo he venido diciendo en el momento exácto.
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