Lunes, siete con veinti tantas de la mañana y a menos de
diez minutos de salir a correr, un hábito del que me he hecho más a la fuerza
que por vanidad
Carrera de obstáculos, esquivando desde a la señora que
barre su acera desde muy temprano, a los niños que se apuran por entrar a la
escuela y hasta al voceador que comienza su jornada, una hora y cuarto dando
vueltas luchando con mis ganas de parar, sigo adelante, por lo menos hasta
donde aguante la botella de agua
De vuelta a la casa, con los pies y los pulmones casi a
rastras, me preparo un baño ni tan frío ni caliente, el escenario idóneo para un
breve concierto de regadera, desentono “Paradise City”, “Plug in baby” y hasta
“Ball and chain” sin ninguna pena, la espuma del jabón no es tan exigente,
siempre pide otra canción con todo y ovación de burbujas
Hoy toca revisión de correos, llamadas, reunión a media
tarde, mensajes y entregas de
propuestas, el trajín de un lado al otro, las horas justas casi asfixiantes; Ese
“Rush” por llegar a tiempo a todos lados, mis vectores, los colores, la USB a punto
de reventar llena de archivos terminados y otros tantos por entregar
El día tiene ese aroma a campo de batalla, a victoria y a derrota
por igual, amo lo que hago, aunque algunas veces lidie con las necedades de los
clientes, con los atrasos de los pagos, con las fechas límites; El hecho de
comenzar a deslizar el puntero en la pantalla, un lápiz sobre alguna
servilleta u otro lienzo improvisado me libera y exploto en technicolor
A pesar del aparente cáos, de los días atareados, se vive todavía en paralelo distante, las horas transcurren sin
tocarse, sin siquiera rosarse, un Hola engancha por un breve momento al hombro
que habrá de soltarse justo antes de acercarse demasiado, mientras tanto el Adiós se
encargará de acomodar a cada quién en donde se supone debe seguir caminando,
se supone pienso yo, pues si de querer se tratase, cruzaría la acera sin voltear a ambos lados
Tres cuarenta de la madrugada, un pocillo sobre la estufa
caliente suficiente agua para una par de tazas de café, éstas son mis horas más
despiertas, dormir me recuerda a todo aquello que me hace no querer acercarme a
la cama; En unas horas más habrá que estar de pie para seguir
peleando, siempre se pelea, aún sin saber si habrán victorias cuando se oculte el sol de nueva cuenta.
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