-A la primera mujer siempre los mejores de todos mis sazones, un atado de espárragos verdes para un par de ojos marrones
Mis letras principiantes, noches de pupilas dilatadas, líneas pintadas en el vientre con las palmas de unas manos calcinadas
Agua de mar para curtirse las heridas, listones negros de satín para amarrar los corazones a la cama
Tejados tejidos a mano, con punto y cruz están bordadas iniciales en la esquina de la almohada
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