Siempre me he preguntado por qué es que algunas cosas me habitan como si ahí hubieran estado desde antes de mi propio comienzo; Me siento algunas veces demasiado viejo para esta piel que aún no comienza a arrugarse por el paso de los años, me pasa de repente en los momentos más inesperados, el saber de muchas cosas que ni siquiera recuerdo haber aprendido, enología, astronomía, botánica, resistencia de materiales, conocimiento de funcionalidad estructural son algunas de ellas, confieso ser curioso por naturaleza, pero me sorprende el verme a mí mismo discutiendo de conceptos y temas que no concuerdan a veces ni siquiera con mis propias vivencias
Quizá si soy uno de esos espíritus viejos que termina reencarnando en un estuche no muy bien parecido que digamos, es como si ya hubiera vivido mil años y antes de esos otros mil más, es interesante el verme asediado repentinamente por Déjà Vus, o descubrirme escuchando Blues o Jazz con ese gusto que solo se le ve en el rostro a la gente que lo vivió en su época, disfruto tanto de ese “giseo” tan característico de los acetatos y de los cassettes cuando suenan en un viejo aparato; para mí, todo lo que posea debe de tener una historia, los objetos sobre todo, alguna marca que cuente alguna anécdota o ese característico aspecto desgastado que solo se obtiene con el paso de los años
Las casas grandes y viejas son mi mejor opción en caso de tener que buscar un lugar para instalarme definitivamente, y aunque la arquitectura moderna es otra de mis aficiones, un lugar con carácter y un balcón siempre le ganaría en cualquier día al pretenciosísimo minimalismo suburbano sin necesidad de tener que pensarlo demasiado; Debe tener espacios amplios donde cualquiera que se anime puede correr de un lado al otro y alcanzar a cansarse un poco, techos altos, puertas pesadas de madera con detalles en hierro forjado y no de esas cosas nuevas que se rompen en menos del primer año, no me quejaría si el patio tuviera piso de cantera, o si la estancia se iluminara con grandes ventanales hechos con vitrales multicolor
Sé que alguna vez tuve muchas vidas y muchos maestros, probablemente fui carpintero, herrero, alfarero, cocinero de alguna fracción de la resistencia cubana o quizá hasta alquimista medieval; Mucho de mí se remonta desde mucho tiempo atrás, eso quizá a algunas personas le cause fascinación y para otras tantas sea meramente retención de datos obsoletos, sin embargo no podría tener mejor coraza que ésta que ahora tengo, es como haber hecho mi casa dentro de una sinfonola y vivir coleccionando recuerdos que voy guardando con el paso de mis años; Algún día alguien puede que se quede mi lado a compartir las tazas de café y a escoger antigüedades para decorar una habitación para dos…o para tres.
miércoles, 11 de enero de 2012
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