domingo, 18 de diciembre de 2011

Por si alguien pregunta

Pasa sin pensar quedarse por tantos de mis sitios todavía, en mis sueños, en mi café desmadrugado sin cafeína, en las canciones que escucho, en las calcetas que ahora uso para unos pies que no se enfriaban tanto

Amanece congelada y escurrida en la esquina de mi almohada, seca y cansada de ararle surcos a la tela

De ella, aún nada todavía, ni los lunes ni las mañanas que no se atreven a traerla ni por error a la orilla de la cama, ni siquiera un poco cerca de la entrada de una casa que aún conserva el mismo número todavía

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