viernes, 30 de diciembre de 2011

Gaonera

Cuando la decepción es tan grande y profunda, el concepto de la esencia como tal, pierde la congruencia y propósito de existencia de manera irremediable y probablemente absoluta, incluso para el más ferviente de los creyentes de ella misma

Es posible sentir el momento preciso en que algo de uno mismo deja de existir para cederle el lugar en definitiva a cosas menos engorrosas y funcionales, vamos...más reales y tangibles; ahora entiendo bien por qué es imposible regresar con las piezas completas después de cruzar un desierto, gran parte de un todo se pierde bajo la arena mientras los pies descalzos se arrastran trazando a su paso los mismos zurcos de ida y de vuelta

De cierto sé, que a aquel a quien más le cuesta un final, es a quien más le importaba un principio; Y aún podría escribir un libro con tantas y tantas páginas todavía, que para alguien ajeno a la trama sería quizá una obra sublime, todas las nueve vidas envueltas cuidadósamente en letras, pero para quien en verdad quisiera, seguirían siendo el mismo montón de hojas empastadas, un cuento alguna vez de hadas ya leído y dejado al olvido en algún estante del pasado; nunca fui el prototipo correcto de escritor y literato, ni el mejor de los fotógrafos en todo caso, yo solo sé volar, y eso en estos días tan crédulos de cualquier farsa, ya es algo tan poco sorprendente

La ingenuidad es un mal que no quisiera tener que volver a padecer ni por contagio, el contar de los días termina por volverse tan tediosamente innecesario y obsoleto, y la memoria no da ya para más, termina hastiada de intentar seguir recordando incluso lo que era uno mismo desde un principio

Nunca antes tuve el corazón tan roto, y a pesar de ser todo un maestro artesano arreglando los de tantos otros, se me olvidó aprender qué hacer en caso de tener que reparar el propio, quizá haré de el un vitral como el que hubiera querido para aquel ventanal grande, o termine por barrerlo bajo la cama y que sean las hormigas quienes se repartan el parco botín restante; Sin embargo agradezco la oportunidad de haberlo podido mostrar entero, hubo testigos, pocos probablemente, en mi caso seguramente solo los necesarios

A propios y extraños, lamento haber dado alguna vez la errónea impresión de pretender ser de piedra, que nada a mi me atravieza o se queda, lo cierto es que duele tanto o más como el despedirse de éstas últimas escamas que quedan colgando, de un algo que no habré de ocupar más de ahora en adelante

A aquellos quienes les haya tocado un poco o un mucho de mi persona, a quienes estuvieron e incluso también a aquellos que se alejaron, alguna vez si se da la oportunidad, con algún café de por medio y una plática casual, pudieran ayudarme a recordar un poco del cómo era en aquellos años

Alguna vez leí durante muchos días…”Con la libertad del tiempo todos somos Nuestros”, espero mejor que con la libertad del tiempo todo dejará de importar, como suele ser el mejor de los consejos que últimamente promueven las personas alrededor, a final de cuentas quizá es muy cierto aquello de que todos seremos siempre individuos, antes, durante y después…Irremediablemente.

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