lunes, 1 de febrero de 2010

Entre el antes y el después del meridiano

Lo que más me incomoda a estas horas del día -además del calor exagerado a causa de los rayos directos del sol-, es la orfandad de estos brazos entumidos en la misma posición, es éste sabor amargo a soledad que se me queda impregnado en los labios aún después de tomarme un café ó de encender un cigarro, es la premura que tienen los recuerdos por llegar del hipotálamo al ventrículo izquierdo

Pero lo que en realidad más me incomoda a estas horas del día, es el no tropezarme contigo en la calle, el no coincidir en horarios ó dirección…

Hybris

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