“Y si, a veces se me olvida que quedan zarzas todavía esparcidas
en el suelo, que clavan sus espinas en las plantas de los pies”
Hay ciertas cosas que al solo verlas me roban el aire, que literalmente lo arrancan
del pecho con un golpe seco y directo a la boca del estómago, muchos nombres y
tan poco el espacio; Me pregunto todavía a estas alturas abismales del trapecio,
si es que vale la pena conservar intacta la locura a pesar de la cordura
perdida, ó quitar mi mano “por si acaso” de quien quisiera tomarla, tapiar con
tanto afán las puertas, ser al fin un pez y dejar que la corriente se haga
cargo
Entre éxodos y entierros se han venido vaciando los caminos,
los asientos, los espacios; Demasiados muertos y heridos y entre tanto, la
viudez me viene coqueteando desde agosto pasado, y yo con la cabeza en otros
lados, en los mismos, que ni cuenta he querido darme todavía
Rompí un hueso ajeno ayer por la mañana, confieso el primero y
espero el último en la vida, no lo he hecho por más nadie que por mí, aprendí
que uno no puede simplemente quedarse donde nada puede dar a cambio aunque todo
pueda recibir, por más que el lugar en cuestión parezca el adecuado a la vista
de todos aquellos ajenos a lo que aún sucede dentro de mis párpados justo antes de dormir
Y si, a veces se me olvida que las lunas de lejos se ven mejor
Algunas preguntas se responden solas a su tiempo, sin tener que dejarlas pendientes en papel ni usar de negociantes cafés y cigarrillos.
Algunas preguntas se responden solas a su tiempo, sin tener que dejarlas pendientes en papel ni usar de negociantes cafés y cigarrillos.
C'est la vie, C'est la mort
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