Hay momentos en los que dejo que me habites, que abras ó
cierres todas las puertas y ventanas, que esculques los cajones y alborotes tus
cosas, las mismas que no se mueven a menos que sean tus manos
Y cantas sin orquesta, bailas descalza, mueves el florero del
balcón al centro de la mesa, prendes las luces, las apagas, sonríes, plantas gerberas
en la almohada y las sábanas huelen a canela nuevamente
Hay momentos en los que dejo que tomes todo lo que ocupes
aunque no lo necesites; Mañana -si hay suerte-, quizás por las prisas se te
olvide irte y te sobre tiempo para una taza de café.
No hay comentarios:
Publicar un comentario