Últimamente me ha dado por dejar los cigarros en suspenso a media madrugada en la orilla del cenicero, cada vez son menos, nunca así las letras que urgen por salirse por montones del tintero
Diario escribo, un poco para mí y un mucho para “De:” sin “Para:”, a veces de sal y otras tantas de azúcar, es de a chaleco, sin permiso, a alguien le molesta?, Aquí me pregunto y me contesto a mi mismo
Éstos cristales de colores que se ven en las ventanas, le dan a entender a la gente que pasa por afuera, que dentro tengo fiesta con baile, orquesta, banquete y comparsa, para mí son solo otros cristales que he puesto mientras el frío amaina, a cambio de aquellos que fueron rotos a pedradas
Me niego rotundamente a tener que reaprender nuevas fechas, lugares, gestos, maneras y distancias, mi memoria ya tiene más que suficiente, cuenta con los datos meramente necesarios
Quizás me chapé a la antigua más que una aldaba, pues creo firmemente que lo bien aprendido desde un principio, no tiene por qué olvidarse al primer intento fallido, aunque sirva de poco o de mucho el saberlo de memoria al pie de la letra
A las musas hay que honrarlas en vida, nunca en muerte ó agonía, aquí es donde vengo a platicar con mis hadas, en aquel lugar remoto las piedras no hablan, quizás sea porque no quiero enseñarle cómo hacerlo
Si!, aún escribo!, lo sigo haciendo tan mal como acostumbro, sin género ni ritmo definido, con la cabeza en los pies y los pies colgando en las hombreras, saltando entre temas como un conejo en la parcela, cual sombrerero con tetera y reloj roto
He aquí mi bunker acorazado tamaño carta y otras tantas en oficio, de paradero conocido o clandestino me da lo mismo, en algún lugar tengo que entablar conversaciones sin sentido, con tal de no contagiarme alguna vez con la incurable y dolorosa cordura.
miércoles, 18 de abril de 2012
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