martes, 13 de diciembre de 2011

En 30 Días

De principio suelen parecer demasiados, cuatro semanas y dos días para ser exactos,
De final terminan siendo muy pocos, con tantas cosas en qué pensar como…

En los nombres de los que vendrán (drían) después de nosotros,
En el clima que prevalecerá el día siguiente al primero de todos,
En la cantidad de envases de leche que ocuparán el refrigerador,
En los minutos que le quedan a las horas del día veintiocho, siendo ese el más caótico,
En las lunas restantes antes de que salga el sol,
En las horas de sueño prófugas de mis ojos,
En los apodos intercambiables por los nombres de pila,
En las puertas a veces abiertas y otras tantas más cerradas desde adentro con candado y cerrojo,
En tu rendición en pleno otoño,
En las breves treguas después de un tequila o dos,
En las heridas de muerte por letras perdidas,
En las cosas incompletas y cumplidas…

Ciertamente, si en treinta días se puede pensar en tanto y en tan poco,
Entonces imagina tu en qué tanto estaré pensando en el resto de los días que vienen adheridos a los años que me quedan todavía

No hay comentarios:

Publicar un comentario