lunes, 11 de enero de 2010

Y entónces...?

“El despectivo, tendencioso y hasta a veces ignorante escrutinio de los extraños hacia mi persona me produce -entre otros síntomas-, acidez cáustica en mis palabras y una insolente comezón en algunas partes que raramente expongo a los rayos del sol.”

A lo largo de los años me han tasado, medido y pesado e invariablemente me han encontrado defectuoso; algunas veces por la falta de linaje aristocrático ó de escudos heráldicos bordados en hilo de oro, por mi gusto por el cigarro en lugar del desayuno, por la música que escucho, por la gama de colores que uso cuando elijo lo que me pondré para salir a la calle, incluso alguna vez alguien con una frente muy estrecha, osó decir que mi apellido no era lo suficientemente rimbombante

Como sea el caso, nunca ha sido mi intención protagonizar alguna telenovela o hacer de mi nombre una marca registrada que venda prendas al costo de un mes de trabajo, quizá por ello le rindo muy escasas ó casi nulas pleitesías a ésta Sociedad fundamentada en parámetros tan arcaicos

Defiendo lo que soy, y cómo no habría de hacerlo, si soy como a mi entender le apetece, según la hora, el día, o el clima que prevalezca en los meses subsecuentes; algunas veces rústico y otras refinado, otras tantas bohemio y despreocupado; lo que sí es una constante es que mis capacidades como ser humano no se ven mermadas por la impresión que les cause a los ojos de los extraños

Quién es quién para tasar, medir o pesar?...
En mi caso me reservo la tediosa tarea de calcular banalidades

Hybris

No hay comentarios:

Publicar un comentario